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MATÉRIA CON ALMA

Cómo construir lo acogedor? Con veracidade y la artesanía de la región, combinado con el deseo de ofrecer una experiencia exclusiva, le da forma.  Un buen ejemplo son las 130 lámparas colgantes de fibra, localizadas en el restaurante y hechas por hábiles manos locales. La imagen es de un bosque de luz, con efectos, movimiento y poesía. Las vajillas artesanales, producidas de piedra jabón, vienen de Minas Gerais, Brasart de Ouro Preto, e los sousplats de coco también son producidos por mano de obra local. El trabajo de la artista plástica Rita Lessa en las pieceras, almohadas, alfombras y juegos americanos, surgió del concepto de representar la brasiliedad de nuestros colores de una forma contemporánea. La artesanía, la cultura, la lengua nativa, los elementos naturales, la presencia de otras tradiciones de Brasil. Todo pensado para inspirar e darle al huésped una atmosfera exclusiva, que suma a la simpatía baiana, la hospitalidad minera y la versatilidad de poder dialogar con cualquier parte del mundo.

TODO EN EQUILÍBRIO

Antes del lanzamiento de Kûara, el terreno abrigaba un hotel que, aunque desactivado, dejó una gran riqueza: una flora nativa. En la visión de los emprendedores, necesitaba ser valorizado y preservado y, para eso, contaron con la sensibilidad del paisajista Felipe Fontes. El mismo concepto está en el proyecto arquitectónico firmado por David Guerra, que hizo del medio ambiente el protagonista del emprendimiento. No solo en la visión privilegiada del paisaje, pero del punto de vista estructural. Es el caso de la Estación de Tratamiento de Agua, que hace el tratamiento de toda el agua utilizada en el complejo para reutilización. O todavía, de la lavandería, con equipaje de última generación, con procesos enfocados en la reducción de uso de productos químicos, a través del calentamiento del agua, lo que incluso ayuda en la conservación de las fibras de ropas. Al fin de la cadena, toda el agua utilizada es tratada en la Estación de Tratamiento de Alcantarillado, también construida por el Hotel y reutilizada para regar los bellos jardines creados por Fontes. Pero no es apenas el área del hotel que importa Kûara fue más allá, con el Plano de Recuperación del Área Degradada (PRAD), implantado desde su construcción. Son más de 2.500m² de bancos de arena y bosques de mangle con vegetación recuperada, preservada e bien cuidada, gracias a las manos del señor Ipê Pataxó, con supervisión técnica del ingeniero forestal Diego Lins Ferreira. Vários tipos de espécies han sido plantadas en la restinga, tales como Caixeta, Aroeira, Fedegoso, Murici, Ingá, Pitanga, Goiaba do Ipiranga, Angelim morcego. Una naturaleza que nos hospeda tan bien merece ser muy bien cuidada.